Pérez
Reverte es un gran escritor, puede que de los mejores de la actualidad; aunque
también ha llevado a cabo, auténticas chapuzas como "La guerra contada
a los jóvenes", que se salvan las ilustraciones, que no son de él, o
su adaptación del Quijote, que cercena la obra maestra de la literatura
castellana hasta convertirla en una caricatura, nada que ver con la gran labor
de Andrés Trapiello. No obstante, la calidad literaria de sus libros está fuera
de toda duda, un librero me dijo en cierta ocasión que, cuando Pérez Reverte
sacaba un libro, las ventas estaban aseguradas, ya nos gustaría a cualquiera de
quienes escribirnos hacerle sombra a sus orejas.
Pero...
Sus
valoraciones, en muchos casos misóginas, casi siempre soberbia, cual rey, y
siempre cargadas de prepotencia, y sobre todo, su modo de expresarlas, están
muy lejos de como se le supone a un maestro de las letras como es él, más
siendo un académico de la lengua española. Insultar a escritoras llamándolas
pedorras o a escritores con diversos calificativos, como ha hecho con Laura
Freixas, Pablo Neruda, Sartre o Paulo Coelho. Y, además, en los términos que lo
hace, creo que aunque tal vez sea el mejor escritor actual, (algo discutible,
pues hay muchas y muchas excelentes y reconocidos en la galaxia Gutenberg. Con
sus palabras y maneras, pasa a ser eso con lo que califica a todos aquellos que
no piensan como él.
Yo
no soy nadie, y ya me gustaría ser un escritor de su categoría, y estoy a años
luz de la galaxia Gutenberg, y sé que nunca llegaré a estarlo, tampoco me lo
propongo, pero, mucho menos me propongo llegar a ser el dios que se cree él,
entre otros motivos, porque los dioses del Olimpo se extinguieron hace millones
de años, si es que existieron alguna vez.
Él
dice que: "escribo con la libertad que le dan sus lectores, y no será
una pedorra analfabeta ni un sectario cantamañanas quienes controlen la tecla.
Les aseguro que no".
Creo,
que todos quienes escribimos, lo hacemos con esa misma libertad, incluso algunos, con
mayor libertad todavía; pues, lo hacemos con la libertad personal propia, por el simple placer
de escribir, en mi caso. Me conformo con provocar sensaciones a quien me lee. Intentando saber qué tecla acariciar y
cuál romper; sin por ello, tener necesidad de insultar o llamar "pedorra",
a aquellas personas que no les guste lo que escribimos o pensamos.
Conozco
multitud de escritoras y escritores desconocidos para el gran público, que me
han gustado más que él.
NUNCA PENSÉ QUE ME METERÍA CON UN GOLIAT DE LA LITERATURA DESDE MI ONDA ROTA DE CAMPESINO.
NUNCA PENSÉ QUE ME METERÍA CON UN GOLIAT DE LA LITERATURA DESDE MI ONDA ROTA DE CAMPESINO.
Pero,
me he quedado a gusto, y no será un gran escritor, como es él, quien controle
mi tecla...
Paco
Arenas
P.D. Todo esto viene en contestación a su artículo: Déjennos escribir idiotas
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