Los manuscritos de Teresa comienzan a gestarse hace más de treinta años, cuando con menos de veinte escribí en Pinarejo: "La cueva del
Hermosomío", un cuento inspirado en los cuentos de la Alhambra de Washington
Irving. Después de bajar a hacer una última visita a aquella cueva antes
de que se convirtiese en la fosa séptica de la casa de mi hermana y tras encontrar en ella una virgen de mármol del tamaño de un cencerro, un viejo baúl carcomido, una palangana o bacía, parecida a la de los barberos y algunas cosas más...
Ese cuento lo escribí
a mano durante aquellos días de verano, nunca lo llegué a pasar a máquina, enfrascado como estaba en otro cuento sobre Sancho Panza, que trataba sobre lo ocurrido al escudero de don Quijote después
de la muerte del mismo, titulado: "Los muertos ya no resucitan" y con el cual
participe en un concurso de relatos, creo que por primera vez. Ambos cuentos uno escrito a mano y el otro
con mi vieja Olivetti, los guarde en una vieja maleta, donde iba guardando todo
cuanto escribía o se me ocurría, donde todavía hoy hay multitud de ideas, de
relatos, dos novelas completas escritas a maquina o a mano y grapadas, sin encuadernar, y escritos de todo
tipo esperando ver la luz algún día.
Esa maleta la cerré y me olvidé de ella en el momento de meterme
a tabernero, quedándose en casa de mi madre, hasta su muerte, hace ya 17 años. Aun
así, no hice intención de abrirla. Tras la muerte de mi madre la traje a mi casa y la dejé abandonada en
el sótano sin abrirla, ni tener intención de hacerlo.
Hace tres años, allá por julio de 2012, cuando el foro de
Pinarejo tuvo su época dorada, gracias a las aportaciones de José Vicente Navarro Rubio, con
sus dos seudónimos y en menor medida a las mías, que para no ser menos escribía
con tres diferentes: Paco Arenas, Amadeo1959 y mi adorada Rosa Lía, la cual tiene mucho que ver en esta novela, Rosa Lía fue un personaje de gran frescura, universitaria,feminista, con muchas dudas pero que ponía en cuestión todo, provocaba al personal con un lenguaje de doble filo y siempre buscando una sonrisa, al mismo tiempo que intentaba buscar sembrar esas dudas que ella tenía a la gente que visitaba el foro, siempre intentado que participasen y se atreviese a cuestionar todo. Rosa Lía fue insultada, alabada, provocada e incluso llego a recibir en privado proposiciones "deshonestas" de todo tipo, sin pensar que tras ella estaba el padre de la criatura con barba cana y colgajo. Teresa Panza, es así, joven, bastante más recatada, pero también cuestiona todo desde el punto de vista de una mujer de principios del siglo XVII, la sociedad de su época, sus inquietudes, sus ansias por aprender a leer y a escribir, la fantasía y el embrujo que le provocan las palabras de Cervantes, que la "enamoran"...No es una mujer sumisa, porque Cervantes le enseña a soñar, a pensar y a sentir, no como mujer, sino como persona, que es un grado superior a hombre o mujer.
Esos foros provocaron que yo que me había prometido no volver a escribir jamás, salvo para aportar mi granito de arena a la lucha por un mundo mejor y más solidario, hicieron que volviese a entrar el gusanillo. En esos foros además de José Vicente, también contaban con la inestimable participación de Pepe Lagarto,
Juan José García, un sabio inventor de Santa María del Campo Rus, Sepeño y otros muchos. En aquella primavera de 2012 conseguimos que nuestro foro fuese tan dinámico tanto como el de Villar de Cañas y mucho más que el de Cuenca. Pero eso es otra historia,
a lo que iba, por José Vicente comenzó una serie de poemas bajo el título : “Cuando
don Quijote pasó por Pinarejo”, entonces recordé aquellos dos cuentos y aquella
vieja maleta, decidí fundirlos con intención de animar a José Vicente para que
sus siete poemas, fuesen más. Fundidos los dos cuentos daban más de sesenta
folios y así comenzó la andadura de lo que sería la novela Los manuscritos de
Teresa Panza. Por entonces yo tenía un trabajo de esos que yo pensaba que no existían,
de ocho horas, la novela requería dedicación e investigación, llegué a un punto
en que me quedé atascado y la deje guardada en el ordenador hasta hace poco
menos de un año, por lo que puede decirse que desde que escribí aquel cuento a
mano de “La cueva del Hermosomío”, hasta que se publiqué en el mes de mayo,
habrán pasado más de 30 años. ¡Toma ya!
Para escribirla me he leído una barbaridad de libros de historia, he hecho dos adaptaciones de clásicos, para acercarme al lenguaje de la época, pero que nadie sufra pensando que se va a encontrar un lenguaje del siglo XVII, debiendo tener el diccionario a mano, no, el lenguaje se acerca bastante al actual, se entiende con claridad al tiempo que nos acerca al lenguaje manchego.
La novela está escrita en primera Persona por Teresa Panza, intentando que el relato sea creíble, creo que lo he conseguido, pero eso es el lector quien lo debe decidir. Desde mi punto de vista es una novela divertida, con su punto de humor, intriga y erotismo, con la cual al escribirla en ocasiones me he metido de tal forma en el personaje, que he sufrido, llorado, enojado, reído o disfrutado como si yo realmente fuese aquella muchacha manchega, tal vez porque yo tengo bastante en común con ella. Si consigo que el lector disfrute la mitad que yo al escribirla...
El embarazo de esta novela ha sido más largo que el de una burra, incluso mucho más largo que el de una elefante y está compuesta por dos manuscritos que se escriben con un intervalo de cuarenta años,. El parto se producirá el próximo día 29 de mayo en la Casa de la Cultura de Burjassot , a las 19:30 horas