Muy agradecido a Bey Acosta (El pequeño rinconcito de Bey) por esta estupenda reseña sobre Magdalenas sin azúcar
Escribir es desnudar cuerpo y alma, y cuando una vieja desnuda un cuerpo viejo y arrugado, siente más vergüenza que cuando se desnuda por primera vez ante su novio. No obstante, a esta vieja le gustaría que, después de muerta, sus nietos leyesen lo escrito en sus noches de insomnio, anhelando que la recuerden joven y hermosa. Porque tu bisabuela, que era muy hermosa de cuerpo y alma, con unos ojos verdes, tan hermosos como los tuyos, se desnudó en estos papeles lo mismo que yo en estos otros; pero, ni ella ni yo, queremos que nos veáis desnudas con los pellejos colgando. Cuando muera hacéis lo que queráis…
Magdalenas
sin azúcar es, antes que nada, un canto a la libertad, al respeto, a la amistad
y al amor; en todas sus variantes. El autor crea, con una prosa exquisita, una
trama que no dejará indiferente al lector, quedándose a su final, en un lugar
muy profundo de su alma. Felipe y Braulio son los personajes que abren esta
novela, hermanos, tan diferentes como el día y la noche. Uno, la oveja negra de
su padre, el otro, el ojito derecho del mismo. Un hombre tan severo, machista y
clasista no ve bien la bondad, la libertad y la inteligencia que emanan del
primero. Esas diferencias entre hermanos, con el tiempo, no harán más que
crecer y hacerse insostenible para ambos cuando el amor por una mujer los
enfrenta. Una guerra que comienza en casa, pero que años después continúa en el
frente, en el estallido de la Guerra Civil Española. Es la historia de tantas
familias de este país que la sufrieron de una forma u otra, siendo los vencidos
o vencedores.
Las
descripciones son brutales, la narración del autor consigue removerte las
entrañas, incluso cortarte el aliento por momentos, ante la injusticia que viven
los protagonistas. Miles de sensaciones se amontonan y luchan por querer salir
a borbotones: rabia, indignación, desesperación. Paco Arenas da voz a quiénes
la alzaron y por ello murieron, a los que por mucho menos callaron y
encarcelaron. A unos entre barrotes, a otros en una jaula invisible. Lo hace
sin reparo, directo a las emociones del lector.
Tumbas sin
una marca, sin una señal, sin el derecho a un recuerdo, sin nombre.
El amor, la
pasión y la sensualidad abundan también entre estas páginas; lo tenía que decir
y bien alto, me ha sorprendido por la elegancia, ternura y realismo con la que
están escritas. Paco consigue erizarnos la piel, asombrarnos, desarrolla las
escenas sensuales con mucha clase y delicadeza. Entre tanto dolor y tanta tristeza
también hay espacio para estos sentimientos, quizás es cuando más necesarios
son.
Magdalenas sin azúcar, disponible también en Amazon
Muy agradecido a Bey Acosta por su magnifica reseña:
Podeis encontrarla en en su blog literario El pequeño rinconcito de Bey
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