Recomendaciones del padre al hijo al estilo Ayuso y Almeida
El padre sorbía la copa de Bourbon cuando escuchó el ruido de
las tejas al romperse.
—Chiquillo, no seas tonto, que estás tirando piedras contra
tu propio tejado —riñó a gritos un vecino que pasaba por allí.
Al ruido de las voces,
salió el padre presuroso, algo le pasaba a su hijo.
—¿Qué son esas voces? —Increpó al vecino el padre de manera
desaforada, sin dar importancia de que su hijo estaba con el tirachinas en la
mano.
—Tu hijo, que está con el gomero en la mano y le puede saltar
un ojo a alguien —contestó el vecino, intentando no alterarse —. Yo que tú, se
lo quitaría.
—¿Por qué he de coartar la libertad de mi hijo?
—Por lo que te he dicho y porque…—dudó en decir «es tonto...»
—, yo se lo quitaría…
—Papá me ha llamado tonto… —se apresuró a intervenir el
chiquillo.
—¿Es verdad eso?
—Sí, está tirando piedras contra tu tejado y el mío está al
lado y si me rompe una teja, me la tendrás que pagar —contestó con aplomo el
vecino.
—¿No pensarás denunciar a una criatura?
—Si rompe tus tejas, no. Si rompe las mías, aunque tú seas el
alcalde, sí. Pero, mejor quítale el gomero, evitaremos disgustos.
—Haz lo que quieras, mi hermano es juez del Tribunal Supremo.
Todo podría ser que al final fueses tú el inculpado...
El vecino calló, metiéndose en su casa, por si una piedra
rebotaba y después de descalabrado, quien pagaba la multa era él.
—Hijo, no debes tirar piedras contra los tejados, y menos
contra el nuestro —riñó a su hijo acariciándole el remolino de la cabeza —hay
que ser responsable — y no le quito el tirachinas al chiquillo.
—Que tiquismiquis que es la gente. Total, por una teja rota
—y se metió en su casa a seguir disfrutando del Bourbon, al fin y al cabo, lo
pagaban los vecinos con sus impuestos.
—¿Quién era? —Preguntó la mujer.
—Un gilipollas que pretende coartar la libertad de nuestro
hijo.
El gamberro continuó disparando piedras contra su propio
tejado, y otros ajenos.
Por la noche se desató una gran tormenta y las goteras caían
desde el altillo.
©Paco Arenas
Moraleja:
El problema no es que un tonto tire piedras contra su propio tejado, sino que,
si hay goteras, nos mojamos todos, tenemos el tejado plagado de goteras:
recortes en sanidad, en educación, y si eso no se remedia pronto, mal
vamos.
Y además con algunos medios de comunicación y muchos jueces al servicio de quienes tiran piedras contra los tejado, al final los culpables seremos nosotros.
Paco Arenas autor de Magdalenas sin azúcar
Los manuscritos de Teresa Panza
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