
Tal vez porque nunca lo he hecho, tal vez porque nunca lo
haré, una de las cosas que me llamaba la atención de mi hermana era que llevase
flores al cementerio, para todos, para mis padres, para mi hermana, para su
marido, para su hijo. No faltaba a la
cita, todos los años llegado el mes de octubre preparaba los ramos de flores
para todos. Un modo de rendirles homenaje, de estar cerca de ellos, de decirles
después de la muerte que les sigue queriendo, que les echa de menos, que forman
parte de ella.
Hoy se ha marchado a reunirse con ellos, nunca le llevaré
flores al cementerio, porque para mí SIEMPRE , la tendré mucho más cerca, no solo en mi recuerdo, sino en un lugar de mi
corazón, formando parte de mí, queriéndola siempre.
Flores al camposanto -Poesía a mi hermana Inocenta
Los surcos parecen más oscuros,
los trigos nacen ya marchitos,
inservibles como las aspas del molino
de ese camino al cementerio
que tanto anduviste.
Hoy se hace más doloroso
el caminar
sin las flores en tu mano.
Triste camino al cementerio
El que recorres por última vez,
Con flores, con flores
Sobre tu cuerpo silente.
Yo pregunto, por preguntar…
¿Ahora quien llevará flores al cementerio?
¡Maldita tarde de octubre!
Maldito otoño de semillas marchitas,
que siembra barbechos de desasosiego
donde crecen espigas de dolor.
Dolor, dolor, ante esta luna llena
que ilumina mi tristeza,
Despierto esperare la alborada,
para que la brisa de la mañana sequé mis lágrimas
y solo recuerde tu alegría.
Jamás faltaron flores en otros nichos,
ni una lágrima tuya para regarlas.
Yo pregunto, por preguntar…
¿Ahora quien te llevará flores al cementerio?
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