miércoles, 24 de junio de 2015

Sancho Panza, famoso y ladrón…



Lo reconozco me pirran los críos, me gustan, su inocencia su alegría, su ingenuidad, pero sobre todo porque son auténticos.

Ocurrió en la presentación de mi novela, con la hija de Núria, la pregunta más difícil fue la de ella realizó. Hoy me he enterado de que soy "famoso", cuando no llego ni a famosillo, me he enterado en el mismo supermercado dos veces y que además soy el jefe de los ladrones.  Primero se me ha acercado un amigo de  mi hijo, que tiene como él 14 años, para preguntarme que cuando le iba a firmar el segundo libro.

— Primero me lo tendrán que publicar. - Le he contestado.

—Ya me lo estoy terminando y está guay. Y quiero ver lo nervioso que te pones cuando firmas los libros, es lo más divertido de todo.

Tras una corta conversación durante la cual su madre me ha enseñado que llevaba en el bolso Los Manuscritos de Teresa Panza, le prometido que en siguiente ocasión, si se presenta, no me pondré tan nervioso, aunque entonces tal vez no despertará tanto interés el libro.


Diez minutos más tarde estaba haciendo cola para pagar y en la otra punta de la línea de cajas dos chiquillas de unos cinco años tenían una disputa, que yo por supuesto no podía escuchar por la distancia.  Ya a punto de pagar veo que se acercan hasta donde estaba yo. A una la conozco por ser casi vecina, si fuese a leer esto pondría que muy vecina, espero que no tenga Facebook todavía. Se me plantan las dos delante y mi vecina me pregunta:

— ¿A qué tú eres famoso y no eres un ladrón? 

Yo me he quedado un poco sin saber que contestar, la pregunta tenía su miga, no cabía duda de que alguien se había confundido.  En vísperas de Navidad  llevaba la barba más larga, una madre para que su hija se portase bien la amenazó en mi presencia, diciendo que yo era Papá Noel y no le traería regalos si no se portaba bien.  De nuevo se enzarzaban las chiquillas en la discursión, que sí era famoso, ladrón e incluso el jefe de los ladrones. A todo esto un montón de gente presente, yo me tengo por honrado y tal vez al ladrón al cual se referían también se tenga por honrado, siendo un presunto delincuente.

—Muy famoso, como que no creo que sea…

—Sí porque eres Sancho Panza y mi madre está leyendo el libro que ha escrito tu hija…

—Pues no, no es Sancho Panza, lista, porque Sancho Panza está muerto ¿a qué sí? —Le corta la otra antes de que terminase mi vecina.—eres un ladrón que ha robado a todos los pobres españoles y por eso te van llevar a la cárcel.

He estado por decirle que en España a los ladrones les dan un alto puesto en la administración, e incluso pueden llegar a ministros,  pero no era cuestión de hablar de política con dos crías que no tenían los cinco años. La cosa prometía, pero la llegada de la madre de mi vecina, entre risas terminó la disputa de las chiquillas, entre la madre y yo nos encargamos de aclararle las cosas a las chiquillas, que yo no era famoso, pero que escribía y que por supuesto no era el ladrón que  había robado todo a los españoles con ayuda de otros muchos, a pesar de que yo  llevase de  barba, sin que la amiga de mi vecina estuviese muy convencida de ello, insistiendo que había uno que salía en la tele que se parecía a mí, que según decía su padre terminaría en la cárcel por ladrón. Aunque al final dijese:

—Lleva razón Carol, tú no tienes la boca chancla y además tienes cara de buena persona, seguro que eres Papá Noel disfrazado, porque llevas la barba blanca y estás gordo.

Lo cual fue para mí un alivio y me recordó mi compromiso con la dieta que nunca sigo, pero como soy enemigo del régimen.

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