Me declaro disidente,
el patrioterismo nacionalista me abruma,
tanta sinrazón bajo el sol,
tapando la inmundicia
con una bandera,
al fin y al cabo, un trapo.
Me declaro disidente,
no de la gente,
no de la patria,
sí del ladrón,
del tirano corrupto,
del rey indolente.
Me declaro disidente,
sin coger el camino del exilio,
pagando el tributo al Cesar,
sabiendo de antemano
que una buena tajada
ira a las cuentas del tirano.
Me declaro disidente,
de las garras de los opresores,
de quienes apuntan con sus fusiles
al corazón de las gentes,
de quienes con sus porras
amordazan la sagrada voz de la libertad.
Me declaro disidente,
de los traidores,
de los falsos profetas,
de quienes prometieron derrocar al tirano,
y ahora lo hacen más fuerte,
traicionando a la gente.
Me declaro disidente,
Si amigos, me declaro disidente,
No del pueblo,
No de la gente,
Sí no de este régimen pestilente,
del tirano corrupto
Y del rey indolente.
Me declaro disidente,
y; aunque,
estos versos me lleven preso…
desde el otro lado de los barrotes,
gritaré con todas mis fuerzas
para que escuche la gente:
¡Viva la libertad!
¡Muera el tirano!
Porque yo, amigos míos,
Me declaro disidente.
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