Podría ser que el sol se
escondiera en el horizonte
cual hoja dispersa tras el
cristal,
y ese hecho grandioso y
brutal,
nos dejará indiferente
sentados en la oscuridad
mirando al mar Caribe,
en una tarde de tormenta.
Podría ser,
que esa furia ensordecedora
arrastrara sin piedad,
el graznido de la gaviota,
y con él…
podría ser, que también,
la pena que atenaza
la garganta del taino,
podría ser, si podría ser,
que esa garganta,
después de la tormenta,
gritara Libertad.
© Paco Arenas
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