miércoles, 6 de mayo de 2020

¿Por qué el galgo corredor de don Quijote solo se menciona en el tercer renglón? Duda resuelta

 
Resuelto el caso de por qué el galgo de don Quijote tan solo se menciona en el tercer renglón del más afamado libro de la lengua castellana*.

Se le escapó el galgo corredor al caballero don Quijote, nadie le dijo a don Alonso, que, en tiempos del confinamiento, debería llevarlo atado con arnés y bozal.

La culpa la tuvo Isabel, que repartía bocadillos de calamares, pizza y Cola Loca. Al galgo de don Alonso se le hizo la boca agua. Por no llevar bozal no lo dejaron subir, y hubo de echarle una carrera al primer tren que pasó de Quintanar con dirección a Madrid.
Don Quijote, hombre sensato y leído, amante de la libertad, nunca dijo:

«Sancho, ladran, luego cabalgamos»

A pesar de ser mucho de saltarse el confinamiento, siendo hombre de poca chicha y persona de riesgo, lo dejó marchar:

— Cuando la borrica quiere correr, ni el borrico la puede detener.

Con viento fresco corra quien pudiendo disfrutar aire fresco, prefiere humo negro —le respondió su escudero, que estaba de policía de ventana, por no tener balcón.

— Si era perro fiel — se lamentó la sobrina del caballero.

— A su locura era fiel, a su locura, y en las Españas más loca que don Quijote, está Isabel, que menuda galga está hecha esa mujer, que si los sesos tiene en su sitio, a buen seguro que bien amasados para al horno meter, no lo han de estar, porque dice casa sandez, que escandaliza hasta al arcángel Gabriel  — pensó Teresa Cascajo, sin nada decir, por no mal meter.

Seguro estaba el pobre galgo, que el enemigo invisible, al ser perro, el bicho no le afectaba, aunque no llevará bozal. Y en Madrid, al igual que otros con menos méritos, podría vivir a cuerpo de rey, sin dar un palo al agua, sin que nadie le hiciera correr cual centella tras de la liebre, ni tener que conformarse con pan duro y más dura cama.

Con lo que no contaba el galgo corredor del caballero, que la Libertad tenía un precio en Madrid, y sin parné para sobornar a los mandamases, podría ocurrir, lo que Isabel profetizó, plagiando sus palabras a Donal Trump**:

—Todos los días hay atropellos y no por eso prohíbes los coches.

No contaba con la circunstancia que la mamandurria mayor del reino, la reina de la charca, lo atropelló, después de saltarse el confinamiento, mientras huía de unos policías de proximidad. El pobre galgo, acostumbrado a la desierta meseta castellana, de las tierras de la mancha, aquel día, perdió toda esperanza de probar el famoso «relaxing cup of bocata de calamares con alioli in de Plaza Mayor and cup de café con leche para el sexi body».

Para desconsuelo del caballero don Quijote, nadie lo pudo sanar, puesto que, los sanitarios, en guerra contra el bicho, antes de terminar la batalla, fueron despedidos, como si venciendo en la batalla, casi al final de la misma, llegase Isabel a la conclusión, siguiendo las enseñanzas de su maestro, el insigne filosofo galgo corredor en tiempos de confinamiento,  don M.Rajoy:

 Cuanto peor mejor para todos y cuanto peor pera todos mejor, para mí el suyo beneficio político.

Al enterarse el caballero, desde ventana de un lugar de la Mancha, con estas apenadas palabras se lamentaba:

— El galgo de buena raza hasta la muerte caza, y sí Madrid busca baza, a buen seguro que la muerte le alcanza.

Esa es la razón y no otra, por la cual, el galgo corredor solo sale en El Quijote tan solo en el tercer renglón.

Moraleja: Es lo que tiene sacar al galgo a pasear sin arnés ni bozal, aunque no siempre es el perro quien lo ha de llevar.

©Paco Arenas

P.D. Nada más terminar este tonto y bobo cuento, me entero de que, gracias a la presión popular, Isabel Díaz Ayuso, ha renovado el contrato a los 10.000 sanitarios despedidos, hace tan solo tres días. Y no es que con ello, a partir de ahora deje de seguir las enseñanzas de M.Rajoy y de la mamandurria mayor, la reina de la charca, pero...

Aunque el perro de don Quijote, no salga nada más que en el tercer renglón, gracias a la presión popular, otros podrán el día de mañana correr y se podrán salvar y disfrutar de su bocata de calamares, si una de las mamandurrias madrileñas no lo vuelve a atropellar.




Trump dijo el 23 de marzo: 


"Si miramos a los accidentes de tráfico son muchos más que cualquier número de los que estamos hablando. Eso no significa que vayamos a decirle a todo el mundo que no conduzca más"

©Paco Arenas

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