Mi madre decía con bastante buen criterio, que en los "papeles" (diarios) solo salían sinvergüenzas, y es que claro, la pobre mujer cada vez que yo llevaba el periódico los domingos, salían los políticos del momento que no eran mejores que los actuales, por tanto ella dio por seguro que así era. Alguna vez salen también personas honradas, que luchan por un mundo mejor y que en ocasiones, como ayer, fueron detenidas por la policía, pero claro, cuando en un país pensar diferente es un delito, en los "papeles" suelen aparecer más delincuentes o presuntos honrados que personas decentes, a pesar de ello, estoy seguro que mi madre, hoy se sentiría orgullosa de que yo haya salido en los "papeles".
BURJASSOT 29 DE MAYO DE 2015
VICENT RUIZ SANCHO
■ Una
supuesta tercera hija de Sancho Panza, el fiel escudero de Don Quijote, un
nuevo personaje acaba de nacer para la literatura. Personaje, que tiene el
mismo nombre que su madre, Teresa Panza, llega como la protagonista del relato
de su vida que en contraste con las pocas líneas que, en «El ingenioso hidalgo
Don Quijote de la Mancha», Cervantes dedicó a la familia del escudero. El
Instituto Municipal de Cultura y Juventud de Burjassot acogió hace unos días la
presentación de la novela «Los manuscritos de Teresa Panza», de Paco Arenas. El
propio autor y su editor, José Luis Victoria, junto con Lola Gozálvez en
representación del Instituto de la Cultura, se encargaron de dar conocer las
aventuras de una mujer narradas en primera persona «con sentido del humor,
frescura, erotismo y cierta crítica social, que podría llegar a calificarse de
feminista. Paco Arenas enmarcó la
narración en la primera mitad c siglo XVII. Según el autor, el mismo año que se
publicó la segunda parte del «Quijote» -1615-, «en un perdido lugar de la Mancha,
una jovencísima Teresa Panza comenzaba a escribir primer manuscrito». Este y
otro redactado en la vejez «cuatrocientos años después fueron encontrados en
una cueva. Paco Arenas manifestó que «Teresa aprendió de
la mano Cervantes» y en sus pliegos «se reivindica para las mujer el acceso a
la cultura». El libro sobre la hija de Sancho Panza se concibió «hace más de
treinta años» en una gruta de la localidad conquense de Pinarejo. Allí Paco
Arenas encontró «una virgen de mármol del tamaño de un cencerro, un viejo baúl
carcomido, una palangana o bacía parecida a la de los barberos y algunas cosas
más».
Para elaborar «Los manuscritos de Teresa Panza», su autor se
sirvió de una copiosa documentación, además de realizar adaptaciones de la
literatura del Siglo de Oro con fin de «acercarse al lenguaje de la época», en
concreto al siglo XVII, pero también advirtió que el lenguaje de su texto «se
acerca bastante al actual y se entiende con claridad al tiempo que nos acerca
al lenguaje manchego». Al término de la presentación se entabló un animado coloquio
entre el autor y los asistentes. Finalmente, Paco Arenas firmó ejemplares de la
que es su primera novela publicada.
V. RUIZ SANCHO
BURJASSOT
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