Después de
participar en un certamen poético, uno der los miembros del jurado se puso en
contacto conmigo y me invitó a comer a su casa, me dijo que yo era un diamante
en bruto, que podía a llegar a ser bueno y él estaba dispuesto a ayudarme, pero
debía dejar la poesía social de lado, estoy seguro que me quería ayudar, pero
yo ya había tomado una decisión: dejar de escribir.
Le dije que me lo pensaría. Entonces estaba convencido que la poesía no me daría de comer, y no servía para cambiar el mundo, y sobre todo, que yo no era un poeta, ni tan siquiera un mal poeta. Siendo muchos más fuertes mi ideales que mi amor a la poesía, esta fue mi respuesta unos días después. Durante muchos años no volví a escribir un solo verso:
Le dije que me lo pensaría. Entonces estaba convencido que la poesía no me daría de comer, y no servía para cambiar el mundo, y sobre todo, que yo no era un poeta, ni tan siquiera un mal poeta. Siendo muchos más fuertes mi ideales que mi amor a la poesía, esta fue mi respuesta unos días después. Durante muchos años no volví a escribir un solo verso:
Soy semilla sobre tierra seca, el último poema
Me dices
amigo mío que calle mi voz
ante lo que
mis ojos ven,
como si el
verso sólo hablase de amor
y las
palabras fuesen enhebradas con caricias.
Como si los
únicos temblores fuesen los de la piel desnuda,
anhelando que
una tormenta de la pasión infinita
penetre en
lo que se esconde tras el monte más codiciado.
Me dices
amigo mío que no mire
y que lo que
vea calle,
que más da
el rico que el desnudo,
y los versos
tienen un precio que hay que pagar,
que nadie
compra si no tiene
o lo que lee
le incomoda,
y los poetas
deben cantar a la belleza.
¿Duermes plácidamente,
amigo mío?
Amigo mío,
soy simiente en tierra seca;
no aspiro a
probar las mieles de la gloria,
sino a
provocar el agrio vómito del hambriento.
Me dices que
sea bufón del señor,
y estimule
sus carcajadas aunque mis ojos lloren…
Hay una terrible
tormenta en mis ojos de campesino
que lloran
lágrimas de sangre
sobre una
tierra estéril que germinará
una mañana
de primavera.
24 de agosto
de 1986
©Paco Arenas
— Las abarcas del campesino analfabeto que soñó ser poeta
Estimado Paco Arenas: Veo que te arriesgas mucho con tus escritos sociales,¿No crees que estás pisando terrenos movedizos?. Si algún día cambiaran las cosas como tantas veces ha ocurrido.y se acabara el estado de derecho, tú estarías en los primeros puntos de mira.No es por comparar pero según creo A Miguel hernandez le pasó lo que le pasó por comentarios mas suaves. creo que te estás arriesgando demasiado. Y no hay muchos que te apoyen,creo hoy en día la gente se ha acomodado. Yo te diría:Moderación y prudencia.
ResponderEliminar,
Gracias anónimo amigo por el consejo. Consejo que por otra parte no es la primera vez que me dan. No soy valiente, nunca lo he sido. Pero de todas las cosas a lo que más miedo tengo es a tener miedo. Soy consciente de que pueden cambiar las cosas a peor o a mejor, sé que muchos no soportan lo que escribo, a pesar de que yo me tengo por moderado, pues soy profundamente pacifista y no concibo nada que no este fundamentado en la democracia. A MIguel Hernández o a Federico García Lorca, no les pasó lo que les pasó por su poesía o prosa, sino por ser quienes le encarcelaron y mataron intolerantes. Ya no hay vuelta atrás, dejar de ser crítico contra la injusticia o moderado en la lucha por la libertad es traicionar mis principios. Si algo me pasa, será culpa no de mis palabras, sino de la intolerancia de quien no acepta la discrepancia.
EliminarUn abrazo estimado anónimo.