No es preciso preguntar
dónde estás,
dónde estás,
cuando te siento muy dentro,
en la noche más oscura
y sin buscarte te encuentro.
El viento no se llevó tu recuerdo
aquella tarde de marzo
cuando tu risa fue imposible quimera
a mis tristes ojos.
No todo se extingue con el último suspiro,
el amor, madre mía, tu amor
se transforma y engrandece
trasformado en ascuas candentes
con cada uno de nuestros pasos
hacía el encuentro,
en dirección a la muerte,
¡qué equivocados!
siendo que tu corazón,
tus sueños de libertad,
tu lucha y vida están dentro.
Las lágrimas en mis ojos
no me dejaban ver
que sin necesidad de verte
formas parte de mi presente.
©Paco Arenas
Pisando barro, soñando palabras (Poesía)
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