La calle está fría,
llueve
mientras la saeta suena la triste marcha,
al son de trompetas y tambores
al son de trompetas y tambores
con sentimiento herido
y fervores encendidos,
más calientes que la llama
de las velas,
más fría que la indiferencia
ante quien duerme sobre cartones.
La calle está húmeda,
secos los corazones.
más fría que la indiferencia
ante quien duerme sobre cartones.
La calle está húmeda,
secos los corazones.
Llueve,
la gente se aparta
pletórica de devoción
musitando mil oraciones,
mientras desde los balcones
mujeres cantan saetas
que los devotos escuchan en silencio,
mientras desde los balcones
mujeres cantan saetas
que los devotos escuchan en silencio,
con cuidado,
para no pisar los cartones.
En la catedral
chirrían los goznes,
de las puertas,
no habrían de ser de los
corazones,
que solo palpitan
ante imágenes
de madera o escayolas
que ignoran las pasiones
de quienes duermen sobre cartones.
que ignoran las pasiones
de quienes duermen sobre cartones.
Llueve,
hace frío,
suena la saeta.
Chiquillo mira la cara de
Cristo,
y ten cuidado con los
cartones,
que si rezas mucho,
aunque pises al hambriento,
tendrás tu lugar en el
cielo,
Cristo yace en el suelo
sobre empapados cartones.
Cristo yace en el suelo
sobre empapados cartones.
Paco Arenas 10 de abril de
1982
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