Arco iris sobre Pinarejo |
Llueve sobre Castilla, y amanece con las nubes
despeinadas agitando sus largos cabellos sobre las flores marchitas y las ramas secas, por fin llueve limpiando los
tejados, después de tanto tiempo
esperando la lluvia.
Llueve, puede que solo agua, pero es abril, el mes de la
libertad, también el mes en el que fue
asesinada ¿quién sabe?
Llega la lluvia, la fuente de la vida por fin
mana. Llueve sobre tierras abandonadas, olvidadas, deshabitadas de gente, también de risas, y si las
hubiera, son risas melladas o tal vez postizas, rostros de miradas tristes, que solo sonríen unos meses de verano, si la risa fresca llega del asfalto a pisar por unos días el barro. Ojos que lloran con lágrimas secas de ver cómo su pueblo se
morirá cuando cierren los ojos.
Llueve sobre tierras que a
nadie, y al decir nadie, me refiero a legisladores,
que solo se acuerdan de ella cuando llegan las
elecciones, para imponer miserable desvergüenza a politicastros ajenos a estas Tierras secas, abandonadas, ignoradas.
Legisladores que desprecian a cada uno de
sus votantes. Tierras vaciadas
que deben elegir como candidatos a gente que no saben el sabor
de su pan, la frescura de su agua o la alegría que da su vino.
Llueve, y puede que sea tan solo
agua.
Nos gustaría que fuera la lluvia que llevamos esperando más ochenta
años
al calor de la lumbre..., llueve sobre la tierra seca.
Llueve y es abril...
©Paco Arenas
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