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Nunca pensé que el bello rostro de Galina pudiera llegar a tantas casas. Galina en su casa de San Petersburgo |
Me gustan mucho las ferias de libros, tanto las grandes como las pequeñas. Hay algunos autores que no suelen ir a las ferias pequeñas, pero a mi, que tengo muy grata experiencia de la gran Feria del Libro de Valencia, por dos años consecutivos, y que sin estar en la Feria del Libro de Cuenca, Magdalenas sin azúcar y Esperando la Lluvia-Cuentos al calor de la lumbre , se han agotado todos los ejemplares que llevó la Librería Clarión. No tengo la experiencia de la Feria del Libro de Madrid, a pesar de haber sido invitado, finalmente por cuestiones personales no fui. Son muchas las cosas que me gustan en general, sobre todo este último año, el llevarme la grata sorpresa que son muchos los lectores que han escuchado hablar de Magdalenas sin azúcar, y que acuden a las ferias con el objetivo de tenerlo dedicado.
Ayer,
durante el transcurso de la Fira del Llibre de la Pobla de Vallbona me
entrevistaron para la televisión municipal «La
Pobla Televisió». Me preguntaron si pensaba que eran necesarias esas
pequeñas ferias de el libro en las ciudades pequeñas o en los pueblos. Por
supuesto que son necesarias y creo que muy positivas, siempre que no se desvirtúen
o se enmascaren con otro tipo de eventos que nada tiene que
ver con la cultura y se instalen en los lugares apropiados. En estos años he ido a múltiples ferias del
libro, la mayoría muy buenas y con clara implicación municipal, otras en las
afueras del casco urbano en una carretera con ruidosas atracciones a la espalda.
Por supuesto, son los dos extremos, y no funcionan del mismo modo una feria
diluida entre atracciones de feria en una carretera, que una que se instale en
el núcleo de la población, en zonas donde apetezca pasear o estar. Por
supuesto, los consistorios deben mimar y convencer a los libreros para que se
impliquen y estén dispuestos pasar el sábado y el domingo doce o catorce horas
a la espera de la llegada de los lectores, sabiendo que no habrá mucho
beneficio, pero, que son culturalmente necesarios para el desarrollo cultural
de la feria, que con poca inversión, y en ocasiones casi gratis, da prestigio a
los municipios en los cuales tiene lugar.
Personalmente
me gustan las ferias pequeñas por el contacto con los lectores, está claro que
en las grandes ferias las ventas son mayores, especialmente los fines de semana,
pero en cuanto al intercambio de comunicación entre lectores, autores y
libreros es mucho mayor e intenso en la feria pequeña, que además de poder
llevarse el lector el libro dedicado está eso que tanto nos gusta a los autores, al menos a mí, la foto con nuestros lectores, un bien preciado, que no siempre es fácil de conseguir, por tanto, muchas gracias a todos cuantos habéis accedido a fotografiaros conmigo, cada uno con una historia para recordar.
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María Amparo, una bisabuela con muchas lecturas por delante, con mucho humor tanto ella como su marido. |
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Eva, su abuela era de Gascas, el pueblo donde transcurre Magdalenas sin azúcar. |
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Mercedes, una mujer de Salamanca a la que le gusta mucho la poesía y una nueva lectora de Magdalenas sin azúcar |
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El poeta Ángel de la Vara Soriano, con sus hijas |
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Alba, una joven promesa de la ciencia |
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Josë Manuel Seguí, un gran lector y amigo |
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Con Antonio Andújar Castro. |
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Con Lucia Matas y familia, raíces pinarejeras muy entrañables para mí, su abuelo Joaquín |
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Con otros autores: Maribel Tirado, Antonio Andújar, Giovanna Vivian y
Yolanda Mármol |
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Nuevos lectores de Quart de Poblet |
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Con Maribel Tirado |
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Una nueva lectora de Magdalenas sin azúcar, en un día de lluvia que era difícil no pisar los charcos |
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Maribel Tirado, autora infantil, firmando, Antonio Andújar Castro, Alfredo Cot y Raquel Calabuig |
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Dos nuevos lectores de Utiel |
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Nueva lectora de Utiel |
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Javier Martínez y familia |
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Además de una nueva lectora de Magdalenas sin azúcar, es la bibliotecaria de Utiel, además de comprar su ejemplar, eligió un segundo ejemplar para la Biblioteca Municipal de Utiel. |
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Nueva lectora de Utiel responsable de la caseta de
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A los jóvenes también les gusta Magdalenas sin azúcar |
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Nueva lectora de Magdalenas sin azúcar, recuerdo su nombre Rocío. |
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De las pocas personas que habían oído hablar de Gascas, hablamos de pájaro, en concreto de avutardas, todo un experto. |
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Nuevas lectoras de Magdalenas sin azúcar. |
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Llevaba la bolsa llena de libros, pero esta maestra y gran lectora, no pudo resistir la tentación de llevarse Magdalenas sin azúcar. |
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Con Miguel Matas |
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Con Juanjo y Cristina amigos y lectores de mis libros |
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Dos nuevos lectores |
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Jóvenes lectoras de Magdalenas sin azúcar |
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En ocasiones es preciso hacer un esfuerzo, lectora alemana de Magdalenas sin azúcar. |
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Esta lectora tenía muy claro el libro que quería. |
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Lector de Esperando la lluvia-Cuencos al calor de la lumbre |
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Nuevos lectores de Magdalenas sin azúcar |
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Con Elisa Acebrón |
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Con Andrés Grande |
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Con la escritora Chary Ca |
Magdalenas sin azúcar se puede comprar a través de Amazon aquí,
también a través del autor en Facebook
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