L̳a̳ v̳íb̳o̳r̳a̳ y̳ e̳l̳ a̳l̳a̳c̳r̳án̳ e̲n̲ s̲a̲g̲r̲a̲d̲a̲ u̲n̲i̲ón̲
Decían tonterías y la gente
reía...
¿Quién les va a hacer caso, si
sólo dicen bobadas?
En la oscuridad se escuchaban sus
estupideces
y todos reíamos
sin pararnos a pensar
que en el árido desierto la
víbora ve,
el escorpión oye
y los tontos tiran piedras contra
su propio tejado,
oyendo sin escuchar
ni pensar.
Los simples sólo oyen
y digieren los graznidos de los
buitres
como si fueran afinadas melodías
o tal vez,
las palabras de un dios
que se olvidó de existir.
La savia se secó antes de llegar
al tronco
y mucho menos a la copa del
pensamiento,
desengáñate,
la clorofila no riega los cerebros
secos.
Ahora ya no reímos,
nuestra casa está plagada de
escorpiones
y las víboras guardan la puerta
negando la evidencia.
El crepúsculo se tiñe
de inquietante oscuridad
esperando la noche de los
cristales rotos.
Paco Arenas a 18 de junio de 2023
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