Siempre hay momentos en los cuales una persona comienza a
ver de manera diferente cosas que hasta ese momento fueron vistas desde otra perspectiva,
con otra mirada, puede ocurrir con la amiga de toda la vida, compañera de
juegos, con la que te has peleado, que una mirada, un gesto o una sonrisa hace
que la veas como una chica una mujer con la que compartir tu vida. Puede ocurrir que verdades inquebrantables se
conviertan en un solo instante en atroces mentiras. Aficiones adquiridas desde
la infancia las veas como auténticas salvajadas…
Esas cosas, no siempre llevan un proceso, en ocasiones, como
decimos en Pinarejo, pasan de la noche a la mañana, no es mi caso, pero hubo un
momento en que deje de ver los toros como un espectáculo, en el cual comencé a
plantearme que tal vez no teníamos derecho sobre esos nobles animales para
hacerles lo que les hacíamos, que esos seres astados no eran los malos de la película,
que éramos nosotros.
No voy a juzgar, recuerdo a mi padre su gran afición por la
tauromaquia, dejar antes las labores agrícolas
para ir a ver una corrida al bar del Vivo
o el Torcido, de llevarme a mí con él, de disfrutar viendo torear al Cordobés,
a Paco Camino o Palomo Linares a través
de aquellas pantallas en blanco y negro.
De divertirme viendo cómo se capeaba a las vaquillas, como se les hacían
mil diabluras a los animales, yo no les hacía nada, pero no porque fuese mejor
o peor que el resto sino porque tenía más miedo que ellos, nunca fui valiente
ni para las peleas ni para los toros o las vaquillas y de unas y de otras
siempre que he podido las he evitado, las primeras porque sabía que incluso en
caso de ganar yo iba a recibir mi parte y las segundas porque posiblemente si
hubiese sentido su aliento a menos de tres metros de mí habría manchado los
pantalones. Un suceso provocó en mí, que
dejase de ser “taurino”(aficionado a los espectáculos taurinos) a ser taurino
(Defensor de los toros y por tanto contrario a ese tipo de festejos).
Dejando claro todo esto os dejo unas cuantas fotografías de
Isidoro Pérez y una de Jesús Navarro para que disfrutéis los “taurinos”.
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