Dios se hizo hombre,
y miró para otro lado,
para no ver en hambre de los pobres.
Él, que nació en un pesebre
entre aromas de estiércol de vaca
y de mula estéril,
perseguido por el infame rey Herodes…,
a buen seguro, se hizo republicano.
Jesús creció entre astillas de madera,
serrines polvorientos,
cisuras sangrantes de leprosos
y de regüeldos agrios del estómago vacío
de los hambrientos.
Dicen, y no lo dudo, que tomó conciencia
y tiró a los mercaderes del templo…
mercaderes y pretores se hicieron confidencias,
unos tenían las monedas,
los otros...
la codicia.
Los pobres nada.
Dios miró para otro lado.
Los pobres nada.
Dios miró para otro lado.
Jesús se hizo, hombre,
transformó el agua en vino,
y gritó:
¡Bienaventurados los pobres!
Las personas de bien y orden,
mercaderes, rabinos y romanos funcionarios,
escandalizados por el vino derramado,
lo tomaron por revolucionario,
y por treinta monedas,
de Judas compraron su conciencia…
Los mercaderes tenían muchos denarios,
los otros...
la codicia,
los pobres nada
y Dios miró para otro lado.
los pobres nada
y Dios miró para otro lado.
Dios, está en todas partes,
pero mira para otro lado,
el emperador Constantino se hizo cristiano,
y desde entonces sus asesinos gobiernan el mundo.
todos los ladrones y tiranos
rezan a aquel revolucionario,
rezan a aquel revolucionario,
Los mercaderes tenían muchos denarios,
los otros...
la codicia,
a los pobres, hasta del pesebre desahuciaron
a los pobres, hasta del pesebre desahuciaron
y Dios miró para otro lado.
siempre hay un Judas,
dispuesto a coger las treinta monedas,
confabulan mercaderes, rabinos y funcionarios,
compran conciencias,
siguen robando a los pobres
con la ley en la mano.
Los mercaderes tenían muchos denarios,
los otros...
la codicia,
los pobres nada,
.
los pobres nada,
y Dios mira para otro lado.
¿Dónde está el Dios redentor de los pobres?
¿Dónde el carpintero revolucionario?
Desde tiempos de Constantino sus asesinos gobiernan el mundo,
Desde tiempos de Constantino sus asesinos gobiernan el mundo,
y no es vino lo que se derrama de la tinaja
sino la sangre de los humildes.
De aquel pobre pesebre
solo queda aroma de estiércol de vaca
y de mula estéril,
ahora, en las alcobas de ricos palacios,
cimentados sobre la sangre de los pobres.
Los mercaderes tenían muchos denarios,
os otros...
la codicia,
y los pobres nada.
y los pobres nada.
Y desde entonces a los pobres,
hasta del pesebre desahucian
hasta del pesebre desahucian
y Dios mira para otro lado.
©Paco Arenas
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