𝐻𝒶𝒸𝑒𝓇 𝑒𝓁 𝒶𝓂𝑜𝓇, 𝓎 𝓃𝑜 𝑒𝓈𝓉𝑜𝓎 𝒽𝒶𝒷𝓁𝒶𝓃𝒹𝑜 𝒹𝑒 𝒿𝑜𝒹𝑒𝓇 …
Hacer el amor libera el espíritu y rompe las cadenas de la
intolerancia. Al decir hacer el amor, digo hacer el amor, no joder al prójimo o
la prójima, que follar es otra cosa. Pecar con todas vuestras ganas hasta
desfallecer. Hacer el amor hasta caer
rendidos al lado de la persona amada sobre la hierba del monte en la arena de
la playa, y si no queda más remedio, también en la cama.
Hacer el amor como quien no quiere la cosa, como cuando se
abre un libro con desgana y terminas atrapado entre sus páginas y llegas al
orgasmo, nada más erótico que la palabra hecha imaginación y transformadas por
la magia de la lectura en delirio infinito. Leed, gritad hasta el éxtasis. Hacer el amor, y no estoy hablando de joder. hacer el amor, y no estoy hablando de joder,
eso se queda para el «chupachochos» de cabra del alcalde de ese alcalde
ignorante, que no merece ser nombrado.
Hacer el amor, no estoy hablando de joder, hacer el amor a
vuestra esposa, a vuestro marido, a vuestra vecina, a vuestro vecino, también a
ese que os mira mal por encima del hombro, y os desea lo peor, a ese también. A
ese prepotente y estirado que os niega el saludo y se cruza de acera para no
percibir vuestra felicidad, a ese también…, pero solo por el rabillo del ojo,
no vaya a ser que se acostumbre y os contagie su amargura.
Hacer el amor hoy que es martes de frío invierno, o mañana que
hará más de frío, el fuego derrite el hielo. Hacer el amor porque la primavera
la sangre altera, porque es tarde de verano o porque las hojas caen en
otoño. Hacer el amor porque tenéis algo
que celebrar, o porque os han robado todo menos las ganas de hacer el amor, de
reír.... Sí, hacer el amor, reír, leer,
gritar, follar, si tenéis con quién, si no quereos a vosotros mismos. Hacer el
amor como poseídos o posesos, ¿qué más da? pero hacer el amor, y no estoy
hablando de joder.
Sí, hacer el amor, y no estoy hablando de joder. No importa la
hora o el lugar, no importa a quién, si es español o extranjero, blanco negro o
amarillo… hacerle el amor, hacerle sentir todo aquello que lleváis dentro, no
la rabia, no el odio, sí el amor, sí la ternura. Hacer el amor a quien queréis,
hacerle sentir todo aquello que lleváis dentro, no la rabia, no el odio, sí el
amor, sí la ternura.
Sí, hacer el amor, no
estoy hablando de joder. Hacer el amor a esos que votan a tiranos; aunque os
joda. Hacerles el amor a quienes os odian, o acusan de odiar. Hacerles el amor
a quienes os llaman radicales para justificar su miserable cobardía, hacerles
el amor, no estoy hablando de joder. Hacer el amor, no estoy hablando de joder,
a esos que babean al ver a los parásitos disfrutar; aunque, ellos no tengan qué
comer, sí hacerles el amor; porque, cada uno debe dar lo que tiene, sí, a ellos
también hacerles el amor.
Hacerles el amor a vuestros hijos, no estoy hablando de joder,
darle besos y abrazos, apretarlos hasta sentir el latido de su corazón, de
vuestro corazón, palpitar con ellos, soñar con ellos, llorar con ellos, inhalar
su aliento. Hacer el amor, y no estoy hablando de joder, a esos que hablan de
odios imaginarios, a quienes no os comprenden, a quienes os difaman, a esos
también, hacerles el amor.
Hacer el amor al pobre que tiene la mano extendida, no le deis
limosna, hacerle el amor, no estoy hablando de joder, para eso ya están los «chupachochos»
de cabra como el alcalde ignorante que no merece ser nombrado, aunque sea
paisano mío, que babea ante los enterradores de su tierra, que es la mía. Al
pobre, hacerle el amor, sentir su necesidad, su hambre, su angustia,
preguntarle por las noches que pasa al raso, por los días que se queda sin
postre, por los días que se queda sin comer...Hacerle el amor, sentir su
desesperación, no le deis limosna para calmar vuestra conciencia, darles la
mano para caminar juntos, para comer juntos, para luchar juntos…Hacerles el
amor a los pobres, y no estoy hablando de joder.
Siempre, siempre, siempre, hacer el amor. Hacer el amor,
también copulando, follando, con la persona amada, a eso que también le llaman
joder, aunque joder es otra cosa.
Hacer el amor en silencio,
que no se entere el vecino, y si no, hacer el amor a grito desgarrado hasta que
los muelles del somier salten hasta el techo y las lunas del armario se rompan
en mil pedazos, porque cuando alguien tiembla y grita de placer despiertan los
diablos de las cloacas para transformarse en musas inspiradoras de las plumas
sin tinta. Y sí, también estoy hablando de joder.
9 de abril de 2017
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