Cuando escuché el cuento de Rapunzel me llamo mucho la
atención por su semejanza con un cuento de aquellos que de pequeño escuché
narrar, supongo que a mi padre.
Posiblemente quien me lo contase conocería dicho cuento, tal vez lo
adaptase a su memoria y su lenguaje y cubriese sus lagunas con algo de su
cosecha, del mismo modo que yo aquí lo adapto a mi mala memoria y cubro la
ausencia de la misma con lo que se me ocurre.
Cuentan que en el mismo lugar donde ahora se levanta el
molino de viento de Pinarejo, existió en tiempos de moros un viejo torreón de
forma circular que no disponía de puerta de entrada. Ese torreón por extraño
que parezca no se llegó a utilizar militarmente a pesar de estar en lo alto del
cerro y con el tiempo quedó abandonado, construyéndose sobre sus cimientos el
antiguo molino de viento, sobre el cual se asienta el actual. Según
contaban los viejos de Pinarejo, en él estuvo encerrada una bella muchacha,
hija del señor de Alarcón, a la cual encerró allí porque la joven estaba
enamorada de un sirviente castellano el cual se encontraba cautivo su padre,
siendo tanto ella como su padre de religión musulmana y por tanto gente importante entre los moros
razón por la cual no podía consentir que su hija se casase con un infiel que
además era sirviente suyo desde casi el día en que nació.
El señor de Alarcón tomó la decisión, para acabar con
rumores que cada vez eran más intensos y podría llegarle a acarrear problemas
con el emir de Córdoba, por lo que de nuevo volvió a insistir en casar a la
joven con un noble musulmán de su agrado —del padre, claro —ante la negativa de
su hija, ordenó de matar al joven castellano. Advertido por una doncella que a la vez era la
prometida del verdugo que debía ejecutar la sentencia y amiga de la enamorada
del sirviente; logró escapar a tierras de Castilla sin que se informase al
señor de Alarcón de lo sucedido. La
joven continuó, por tanto, negándose al matrimonio con el noble musulmán como
quería su padre pensando que tarde o temprano regresaría su amado. El padre, ante las reiteradas negativas ordenó
construir en secreto dentro de sus dominios un torreón altísimo, en el cual encerró a su hija hasta el momento en que lograse que la misma aceptase casarse con un
pretendiente musulmán que estuviese a su altura, nunca mejor dicho, pues aquel
torreón tan alto no tenía puertas, estas
habían sido tapiadas mediante encantamiento, dejando solo unas ventanas
por la que mediante halcones recibía comida la muchacha suministrada por el guardián
del bosque donde se hallaba la torre.
Todos los meses el padre visitaba a su hija y le realizaba
la misma pregunta:
— ¿Estás dispuesta a
casarte con el marido que yo elija?
Ella siempre negaba,
esperanzada de que algún día su amado la rescatase, a pesar de que su
padre le juraba que había muerto, ya que
él mismo lo había ordenado, ignorando la verdad que ella sí sabía .
Por entonces la
guerra por la conquista de Cuenca comenzaba su andadura, y el joven sirviente
al ser conocedor de la zona además de hablar la lengua y costumbres de los
moros, el rey de Castilla le mandó disfrazado a la retaguardia musulmana para
que diese información de las deficiencias de las defensas y así contribuir a la
mejor conquista de La Mancha.
El tiempo pasaba y
pasaba y joven castellano no aparecía para desesperación de la muchacha. El joven no cesaba en su búsqueda, mas
nadie parecía saber dónde se encontraba la muchacha, todos pensaban que se
encontraba en Alarcón en algún lugar secreto del castillo. Un día, desesperado, tuvo la oportunidad de
ver como el señor de Alarcón salía del castillo con su escolta, con toda la
precaución del mundo, les siguió pudiendo descubrir donde se encontraba su
amada.
Cuando el padre y su escolta se hubieron marchado el joven
se dio a ver, busco la puerta para subir al torreón pero no la encontró. Por miedo a ser descubierto, pues soldados
del padre patrullaban la zona, pidió ayuda a una vieja hechicera que dicen que
había en la famosa cueva de la Montesina, algunos cuentan que todavía la pueden
ver cerca de la cueva. Esta hechicera
dijo que nada podía hacer para abrir la puerta por la que acceder al torreón ya
que también había sido cerrada mediante hechizos, que lo único que podía hacer
era que a la muchacha le creciese tanto el cabello como para ser usadas sus
trenzas como sogas por las que subir al torreón, pero para ello necesitaba toda
la energía de la muchacha concentrada en sus cabellos, por lo cual mediante un
encantamiento, permanecería dormida mientras durase la guerra, despertando para
alimentarse solo las noches de luna llena.
Mientras tanto sus cabellos crecerían y crecerían hasta llegar al
suelo. El joven espía todas los noches
de luna llena acudía al bosque para ver a su amada sin poder hablar con ella,
salvo con gestos, por miedo a ser oídos por los soldados que alguna vez
llegaron a ver.
La guerra por fin terminó con la incorporación de Cuenca a
Castilla. El joven lo primero que hizo
fue ir en busca de su amada, pero esta no se asomó a la ventana, porque solo
despertaba las noches de luna llena. Angustiado fue en busca de la hechicera y
esta le dijo que solo podría romper el encantamiento si alrededor del torreón
danzaban y se casaban tantas parejas como lunas llenas había durado el
hechizo. El joven angustiado pidió ayuda
al rey de Castilla para que le ayudase en la labor de reunir en torno al
torreón cuarenta y cuatro parejas, para que se desposasen en el momento que la
luna comenzase a aparecer por el horizonte, para después comenzar el banquete y
el baile alrededor del torreón.
Cuando llego la noche señalada. La
joven, al despertar, le
sorprendió la algarabía y la música que entraba por las ventanas, al asomarse
pudó ver a su amado esperando su despertar. Ella entonces le tiro sus largas y
morenas trenzas y él en un plis plas
subió hasta lo alto de la torre. Una vez
allí tras apasionados besos, él agarro
la larga cabellera de la muchacha colocándola sobre la mesa, saco la espada y de un solo
tajo corto las trenzas, las cuales ataron un extremo a la columna central del
torreón y el otro a la cintura de la muchacha, bajándola poco a poco. Para a
continuación bajar también él. En esa
misma noche se celebró el bautizo, la boda, el banquete y....
Nueve meses después nacian los primeros pinarejeros.
Fueron felices y
comieron perdices ...
P.D. Desde aquella
noche las parejas se casan en Pinarejo
van a danzar después de la boda en torno
al viejo molino que sustituyo al inútil torreón, que ante la imposibilidad de
abrir puertas que terminaban cerrándose nuevamente por si solas por encantamiento,
termino derribándose y en su lugar se
construyo un útil molino de viento.
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