Desperté en medio de
un precipicio
Hienas esperaban
babeando en uno de los extremos,
en el otro feroces
hombres dispuestos a arrebatarme los sueños.
Quise caminar
buscando en mis semejantes comprensión.
Inútil quimera cuando
los hombres han perdido la voluntad de soñar.
Cuando tan sólo
obedecen la voluntad de su amo.
Viéndoles, hasta las
hienas me ofrecieron más confianza.
Cerré los ojos y
volví a soñar con volar
como aquellos pájaros
que se acercaban por el horizonte.
Eran libros abiertos
que me trasladaron
con sus alas de papel al país de la libertad,
tan lejano de aquel
reino putrefacto
que debía pisar cada
mañana,
cuando deba
enfrentarme al mundo.
©Paco Arenas
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