Tiene que llover, hasta que entre el cielo y la tierra no quepa un papelillo de fumar(Fermín Arenas)
Es
temprano, y llego tarde,
todavía
no he sido domesticado,
pero
mis riñones sienten el frío látigo
que
derraman mi sangre sobre el asfalto.
Sangre
que no es mía, es de todos.
Se
quiebran las ramas,
se
rompen los cielos,
se
secan los mares,
se
agrietan las tierras de labor,
de
vergüenza.
No
espero que me entierren
sin
haber hecho nada,
Sin
arar, sin labrar en la senda de la libertad.
El
trigo no surge en la tierra árida,
si
no se trabaja, si no se suda.
De
mis ojos surgen lágrimas verdaderas,
que
riegan está tierra seca,
estos
amargos guijarros
que
pisan sin compasión
hienas
carroñeras antes de la tormenta.
Es
temprano, pero llego tarde,
Soplan
vientos de rabia.
Fuertes
tormentas se avecinan,
que
regaran estos campos,
germinaran
las semillas de la rabia.
28 de mayo de 1986
28 de mayo de 1986
©Paco Arenas
Poema incluido en el libro : |
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