Mujeres de los narcotraficantes, esposas consortes de los ladrones de guante blanco, de
repartidores de sobres con billetes de quinientos euros, hacendosas y
tranquilas podéis estar dispuestas a lavar dinero, que con no preguntar al
marido o firmar mirando para otro lado, o robar fingiendo no saber nada, no os
va a pasar nada. Podéis comprar o robar,
que sale más barato, la mejor lavadora, con el mejor centrifugado, que tendréis
el apoyo, de fiscales, Agencia Tributaria y todos los aparatos del Estado, solo
con decir: Yo soy tonta y todo lo hice por amor.
Mi mujer no sabe na,
yo robo,
ella lava sin preguntar.
Que no es su labor
saber de dónde saco la pasta.
Pobrecita la infantinta,
Tan lista ella,
se tiene que hacer pasar por tonta,
pobrecita la infantinta.
Baja a los juzgados en carroza,
Desagradecidos ciudadanos
Le increpan, le llaman ladrona,
Pobrecita la infantinta.
Ella no sabe na.
Tiende la ropa,
Tira de tarjeta, visa o mastercad,
¿Qué más da?
Mi mujer no sabe na,
solo sus labores y nada más.
Billete por aquí,
Merengue por allá,
Suena la música sin
parar…
“Si los curas y monjas supieran…”
Pobrecita la infantita.
Ella no sabe na.
Deja que me acueste,
Para no despertar,
Que el calvario no lo puedo soportar,
Míseros vasallos
Cantan sin cesar:
Si los Reyes de España supieran
lo poco que van a durar,
a la calle saldrían gritando:
"¡Libertad, libertad, libertad!"
Pobrecita la infantita.
Ella no sabe na.
Poema incluido en el libro :
Las abarcas del campesino analfabeto que soñó ser poeta
Poema incluido en el libro :
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