Dedicado a la dictadora Áñez y al silencio de los miserables
no le
gustan los indios,
vaya
por Dios y la Santísima Virgen,
y los
mata a balazos
sin
compasión,
que
después,
como
sanguinario dictador,
de
rodillas ante el confesionario,
pedirá
perdón.
Con la
Biblia en la mano,
presume
de aria
cual
nazi austriaco,
ella,
a la
que las cejas delatan
como
tiene el mondongo,
que las manos,
de
sangre están manchadas
y ni con leía se aclaran.
Con la
Biblia en la mano,
apela
a Dios,
o al
ídolo de la plata
que le
pagan.
La
dictadora Áñez
con
los labios operados
ordena
y manda sin compasión,
disparar
sin contemplación,
"si
son indios, qué más da"
y ni
enterrar deja
a los
indios que a hierro mata.
Mirando
para otro lado está Europa
«valedora
de la democracia» ,
con
los ojos hueros,
para
no ver,
los
oídos vacíos,
y para
no molestar a quien le paga,
guarda
el silencio de los miserables.
Dedicado
a la dictadora Áñez y a quienes miran para otro lado. A ella le digo que busque
en la Biblia:
"Guarda
tu espada, porque el que a hierro mata a hierro muere.” Evangelio de San Mateo
(Capitulo 25, versículos 51-52).
©Paco
Arenas