Durante
dos días estaré ausente, o casi, asistiré al Salón del autor 360º. El año
pasado me gustó mucho. Sinceramente considero que es una gran iniciativa, que
además han llevado a cabo amigos míos, a los cuales aprecio mucho, y pienso que
todo escritor debería asistir, vale la pena.
En
el Salón del autor 360º tratan temas muy interesantes para los autores, con
ponentes de gran talla literaria, baste decir como Santiago Posteguillo o
Rosario Raro, a ambos los escuché el año pasado y realmente fue un placer
escucharlos.
En
el Salón del autor 360º se tratan casi todos los temas relacionados con la
literatura, incluida la promoción, edición, agentes literarios, asuntos
jurídicos...
Se
habla de poesía, de novela ensayo..., de casi todo, repito, de casi todo; pero,
hay algo que eché en falta el año pasado, que echaré en falta este año, y que
siempre se habría tratado hace unos años: el compromiso social del escritor. No
está de moda expresar opiniones incomodas, resta en ventas, lo que importan son
las ventas. Hay escritores que se "mojan" en las cuestiones
peliagudas, pero muy pocos, la mayoría de autores y editoriales. Unos y otros
renuncian al poder transformador de la pluma, algo que antes no ocurría. Pienso
que están equivocados, no creo que le vaya tan mal a Almudena Grandes, para mí
la mejor escritora de habla hispana de la actualidad…
Almudena
Grandes es una persona comprometida que dice lo que piensa. Yo no es que
pretenda compararme con ella, ya me gustaría. NO se trata de hacer literatura
"ideológica", sería estúpido por parte de cualquier escritor, los
escritores deben hacer literatura creativa, lo cual no quiere decir que deban
renunciar al compromiso transformador por no molestar y así atraer a un mayor
número de lectores. Todos los escritores deberían o deberíamos tener ese
compromiso de lucha, utilizar la pluma o el teclado como arma, como espada
contra la injusticia. NO podemos callarnos por miedo a dejar de vender un
libro, callar ante la injusticia nos convierte en cómplices de la misma.
Claro
que me gustaría que mis libros los leyese gente de todas las ideologías, no hay
ningún impedimento para ello. Mis libros están escritos para todo tipo de
personas, si los escribiese de otro modo, serían panfletos, y de eso es de lo que
debe huir todo escritor. Podría poner como ejemplo Los manuscritos de Teresa
Panza, alabados por personas de distintas ideologías, el tema suscita interés,
lleva mucha más crítica social que Magdalenas sin azúcar, sin embargo, mientras
que el primero resulta fácil que llegue a todo tipo de público, sin que
perciban siquiera esa crítica social, el segundo, con el que he tenido
exquisito cuidado en huir de cualquier atisbo ideológico, por el tema que
trata, son muchos quienes jamás la leerán.
Dicho
lo cual, sin caer en el panfleto y llevando a cabo una creación literaria de
calidad e inteligente (no digo con esto que la mía sea de calidad y mucho menos
que yo sea inteligente, si lo fuese, haría lo que hacen la mayoría, callar) se
puede utilizar dicha creación literaria como arma al servicio de la gente que
realmente necesita ser escuchada.
Sería
ideal, para la edición del año próximo tuvieran en cuenta esta propuesta que,
desde aquí, ahora, y mañana en el acto les comunicaré. A mucho más fantástico
que los escritores alzaran su palabra no solo a la hora de escribir novelas o
poesías contra la injusticia, también que esa fuerza transformadora sea
incómoda por encima de cuestiones mercantilistas.
Paco Arenas
Mis libros:
Magdalenas sin azúcarLos manuscritos de Teresa PanzaCaricias rotasEsperando la lluvia-Cuentos al calor de la lumbre