domingo, 31 de mayo de 2015

Los manuscritos de Teresa Panza esperan veredicto del lector


Fotos presentación de la novela: Los manuscritos de Teresa Panza
(Julián López Brox)
 La sala se llenó, las 90 sillas no fueron suficientes para poder sentar a todos los asistentes. Los libros vendidos en la presentación no fueron los primeros, la Librería Eltintero de San Clemente los puso a la venta un par de días antes...

Ahora Los manuscritos de Teresa Panza esperan veredicto
Los primeros ejemplares ya están en manos de algunas personas.  Quiero darles las gracias por su confianza, ahora es el momento de la verdad, es incluso más importante este instante que cuando el editor decide arriesgar su dinero y publicar obras autores desconocidos, porque el lector es el fin último tanto de quien escribe como del editor. El lector es el juez que ha de juzgar de manera severa lo que se esconde tras las tapas de cualquier libro, y su juicio para bien o para mal es y siempre justo, sabio y sobre todo inapelable.

miércoles, 20 de mayo de 2015

Los manuscritos de Teresa Panza (Su larga gestación y parto)




Los manuscritos de Teresa comienzan a gestarse hace más de treinta años, cuando con menos de veinte escribí en Pinarejo: "La cueva del Hermosomío",  un cuento inspirado en los cuentos de la Alhambra de Washington Irving.  Después de bajar a hacer una última visita a aquella cueva antes de que se convirtiese en la fosa séptica de la casa de mi hermana y tras  encontrar en ella una virgen de mármol del tamaño de un cencerro, un viejo baúl carcomido, una palangana o bacía, parecida a la de los barberos y algunas cosas más...

 Ese cuento lo escribí a mano durante aquellos días de verano, nunca lo llegué a pasar a máquina, enfrascado como estaba en  otro cuento sobre Sancho Panza, que trataba sobre lo ocurrido al escudero de don Quijote después de la muerte del mismo, titulado: "Los muertos ya no resucitan" y con el cual participe en un concurso de relatos, creo que por primera vez.  Ambos cuentos uno escrito a mano y el otro con mi vieja Olivetti, los guarde en una vieja maleta, donde iba guardando todo cuanto escribía o se me ocurría, donde todavía hoy hay  multitud de ideas, de relatos, dos novelas completas escritas a maquina o a mano  y grapadas, sin encuadernar, y escritos de todo tipo esperando ver la luz algún día.

Esa maleta la cerré y me olvidé de ella en el momento de meterme a tabernero, quedándose en casa de mi madre, hasta su muerte, hace ya 17 años. Aun así, no hice intención de abrirla. Tras la muerte de mi madre la traje a mi casa y la dejé abandonada en el sótano sin abrirla, ni tener intención de hacerlo.

Hace tres años, allá por julio de 2012, cuando el foro de Pinarejo tuvo su época dorada, gracias a las aportaciones  de José Vicente Navarro Rubio, con sus dos seudónimos y en menor medida a las mías, que para no ser menos escribía con tres diferentes: Paco Arenas, Amadeo1959 y mi adorada Rosa Lía, la cual tiene mucho que ver en esta novela, Rosa Lía fue un personaje de gran frescura, universitaria,feminista, con muchas dudas pero que ponía en cuestión todo, provocaba al personal con un lenguaje de doble filo y siempre buscando una sonrisa, al mismo tiempo que intentaba buscar sembrar esas dudas que ella tenía a la gente que visitaba el foro, siempre intentado que participasen y se atreviese a cuestionar todo. Rosa Lía fue insultada, alabada, provocada e incluso llego a recibir  en privado proposiciones "deshonestas" de todo tipo, sin pensar que tras ella estaba el padre de la criatura con barba cana y colgajo. Teresa Panza, es así, joven, bastante más recatada, pero también cuestiona todo desde el punto de vista de una mujer de principios del siglo XVII,  la sociedad de su época, sus inquietudes, sus ansias por aprender a leer y a escribir, la fantasía y el embrujo que le provocan las palabras de Cervantes, que la "enamoran"...No es una mujer sumisa, porque Cervantes le enseña a soñar, a pensar y a sentir, no como mujer, sino como persona, que es un grado superior a hombre o mujer. 

Esos foros provocaron que yo que me había prometido no volver a escribir jamás, salvo para aportar mi granito de arena a la lucha por un mundo mejor y más solidario, hicieron que volviese a entrar el gusanillo.  En esos foros además de José Vicente, también contaban con la inestimable participación de Pepe Lagarto, Juan José García, un sabio inventor  de Santa María del Campo Rus,  Sepeño y otros muchos.  En aquella primavera de 2012 conseguimos que nuestro foro fuese tan dinámico tanto como el de Villar de Cañas y mucho más que el de Cuenca. Pero eso es otra historia, a lo que iba, por José Vicente comenzó una serie de poemas bajo el título : “Cuando don Quijote pasó por Pinarejo”, entonces recordé aquellos dos cuentos y aquella vieja maleta, decidí fundirlos con intención de animar a José Vicente para que sus siete poemas, fuesen más. Fundidos los dos cuentos daban más de sesenta folios y así comenzó la andadura de lo que sería la novela Los manuscritos de Teresa Panza. Por entonces yo tenía un trabajo de esos que yo pensaba que no existían, de ocho horas, la novela requería dedicación e investigación, llegué a un punto en que me quedé atascado y la deje guardada en el ordenador hasta hace poco menos de un año, por lo que puede decirse que desde que escribí aquel cuento a mano de “La cueva del Hermosomío”, hasta que se publiqué en el mes de mayo, habrán pasado más de 30 años. ¡Toma ya!

Para escribirla me he leído una barbaridad de libros de historia, he hecho dos adaptaciones  de clásicos, para acercarme al lenguaje de la época, pero que nadie sufra pensando que se va a encontrar un lenguaje del siglo XVII, debiendo tener el diccionario a mano, no, el lenguaje se acerca bastante al actual, se entiende con claridad al tiempo que nos acerca al lenguaje manchego.

La novela está escrita en primera Persona por Teresa Panza, intentando que el relato sea creíble, creo que lo he conseguido, pero eso es el lector quien lo debe decidir. Desde mi punto de vista es una novela divertida, con su punto de humor, intriga y erotismo, con la cual al escribirla en ocasiones me he metido de tal forma en el personaje, que he sufrido, llorado, enojado, reído o disfrutado como si yo realmente fuese aquella muchacha manchega, tal vez porque yo tengo bastante en común con ella. Si consigo que el lector disfrute la mitad que yo al escribirla...

El embarazo de esta novela ha sido más largo que el de una burra, incluso mucho más largo que el de una elefante y está compuesta por dos manuscritos que se escriben con un intervalo de cuarenta años,. El parto se producirá el próximo día 29 de mayo en la Casa de la Cultura de Burjassot , a las 19:30 horas



Página de Facebook de Los manuscritos de Teresa Panza

miércoles, 13 de mayo de 2015

Sensaciones y ausencias ante la presentación de mi novela Los manuscritos de Teresa Panza



Sé que debería hacerlo, debería centrarme, no tener la mente dispersa,  pero no soy capaz, estoy como en un paraje de ensueño, con sus unicornios mágicos, sus quijotes locos y cuerdos o sus sanchos sensatos y versados en la vida del campesino humilde que se contagia —como si se tratase de una viruela —de una locura y las alucinaciones de su señor don Quijote que le hacen ver cabritillas de colores sin necesidad de subirse a Clavileño.
 Siempre me he sentido y me siento como lo que soy, un campesino que trasplantado al asfalto nunca ha terminado de agarrar en el contaminado negro alquitrán de la ciudad. Me veo, salvando las distancias, como Miguel Hernández en el patio madrileño de Pablo Neruda — ¿qué más quisiera yo?  —Subiéndome a los árboles para imitar el canto del jilguero, despotricando como él contra los “rascaleches” (rascacielos). Sí como él soy un hombre de campo, que sueña, aunque ya quisiese yo para mí sus desiertas abarcas, su ingenio.

domingo, 10 de mayo de 2015

La primera página de Los Manuscritos de Teresa Panza



En el año del Señor de 1615 era publicada la segunda parte del Ingenioso  caballero don Quijote de la Mancha.En ese mismo año en un perdido lugar de la Mancha, una jovencísima Teresa Panza comenzaba a escribir su primer  manuscrito, en el cual demostraba para la posteridad que don Quijote y su padre, Sancho Panza, fueron personas de carne y hueso. Esos manuscritos cuatrocientos años después fueron encontrados en una cueva.

Teresa Panza, según ella misma se encarga de explicar Comenzaba a escribir sus manuscritos  entre aromas a tomillo y espliego de esta manera:


Año del Señor de 1615

Es menester mentar que con esta son tres las veces que he intentado escribir lo que a continuación acontece en este apartado lugar de La Mancha, la primera hace ya ocho años recién casada con mi santo esposo, que Dios tenga en su gloria, Andresico Quesada, la segunda hace justamente un año, cuando prematuramente enviude de mi amado esposo, en ambas ocasiones tinta y papel sirvieron para encender la lumbre. En estas amargas horas, fallecidos también mis amados padres, he tomado la decisión de comenzar de nuevo, sabiendo de antemano que lo más cierto es que terminen estos torcidos surcos, al igual que los pretéritos siendo pasto del fuego purificador de mi chimenea, aunque todavía no he perdido la esperanza de que mi admirado Cide Hamete Benengeli llegue a leerlos.

Escribo desde esta aldea perdida de la mano de Dios que llaman El Pinarejo y anteriormente Pinar [1]Vejo. Cumpliendo la promesa realizada al señor Cide Hamete Benengeli por su humilde servidora: Teresa Panza, sí, Teresa Panza, que no la mentada en libros Sancha Panza, que fue mi hermana, que Dios tenga en su gloria y Satanás condené a quien le engañó llevándola a un viaje a las Indias, prometiéndole matrimonio y entregándola como manceba a la tripulación del bajel, referencias llegaron para pena de mis señores padres, mi hermano y mía, que nunca llegó a pisar las Indias, ultrajada se lanzó a las aguas del mar Océano. Sancho fue mi padre, Sanchico mi hermano y Teresa Cascajo mi madre. A buen seguro, gentes habrá que lo pongan en cuestión, mas yo estoy dispuesta a deshacer entuertos y sacar a quien lo dudase de la confusión…


[1] Pinar Vello, es decir Pinar Viejo. 

Página de Facebook de Los manuscritos de Teresa Panza

martes, 5 de mayo de 2015

Don Quijote y Sancho ¿personajes ficticios o personas reales? Un alegato sobre el derecho a la educación



La Mancha posiblemente sea la comarca más conocida no solo de Castilla, sino también de España, de Europa, incluso de todo el mundo. ¿Por sus castillos? ¿Sus gigantes? Perdón molinos, ¿su gastronomía o sus vinos…?

¡No!

Por un libro que ha sido traducido al árabe, al hindú, al ruso y a todas las lenguas y dialectos conocidos del mundo. Un libro escrito por Miguel de Cervantes.  Con dos personajes principales, don Quijote y Sancho… ¿personajes o personas?

Los dos más ilustres manchegos, ¿no existieron?  ¿Fueron producto de la fantasía de un gran genio? ¿O como dice recoge la tradición oral manchega fueron personajes, o mejor dicho personas de carne y hueso?  

En 1515 se publica la segunda parte del Quijote, ese mismo año, una jovencísima muchacha manchega de nombre Teresa Panza, comenzaba a escribir el primero de sus manuscritos.
Iniciando de esta manera:

“Año del Señor de 1615.
 Es menester mentar que con esta son tres las veces que he intentado escribir lo que a continuación acontece en este apartado lugar de La Mancha, la primera hace ya ocho años recién casada con mi santo esposo, que Dios tenga en su gloria, Andresico Quesada, la segunda hace justamente un año, cuando prematuramente enviude de mi amado esposo, en ambas ocasiones tinta y papel sirvieron para encender la lumbre. En estas amargas horas, fallecidos también mis amados padres, he tomado la decisión de comenzar de nuevo, sabiendo de antemano que lo más cierto es que terminen estos torcidos surcos, al igual que los pretéritos siendo pasto del fuego purificador de mi chimenea, aunque todavía no he perdido la esperanza de que mi admirado Cide Hamete Benengeli llegue a leerlos.

domingo, 3 de mayo de 2015

Madre - Poesía



A Vicenta López, mi madre

Emprendí el camino junto a ti
en un viaje sin destino cierto,
nadando en el mar de tu vientre,
con aromas de espliego,
de tierra seca y trigos verdes.
Con tu cuerpo entregado al mío
Nueve meses y toda una vida de propina.

Abrí los ojos una mañana de diciembre
 agarrado a tu pecho ardiente,
manantial de vida, esperanza y lucha.
De tu mano camine hasta que pude volar.
Creyéndome libre ande nuevos caminos
y cuando quise regresar hasta las cadenas rotas
De tus brazos amorosos
Era tarde, muy tarde.
Ahora eras tú quien se marchaba
En un último viaje al fondo de mi corazón.
¡Madre!

Poema incluido en el poemario "Pisando barro, soñando palabras", 
libro que puedes descargar gratuitamente a través de la siguiente página, totalmente gratuito en PDF:
Poemario Pisando barro, soñando palabras
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