miércoles, 22 de julio de 2015

Los manuscritos de Teresa Panza valorados por profesores y catedráticos


Ignoro si a otros escritores noveles les ha ocurrido con su primera novela lo que a mí me ha sucedido con Los manuscritos de Teresa Panza, que de repente una serie de profesores los han valorado y además muy positivamente, de momento cuatro españoles, que no se conocen entre sí, ni que tampoco me conocían a mí y un catedrático de Puerto Rico, de los profesores dos me han comunicado su valoración en persona por teléfono, por escrito o de las tres formas. Si se tiene en cuenta que mi formación académica terminó con trece años subiendo maletas en un hotel de Ibiza y que hasta entonces ya trabajaba durante los meses de verano en una pista de scalectrix, repartiendo propaganda…

Me hacen soñar, creer que este campesino trasplantado al asfalto, este rompe teclados, es capaz de escribir algo que realmente valga la pena...
No hay día que pase sin que alguien me notifiqué su valoración positiva sobre la lectura de mi novela, personas que me dicen que la han leído ya dos veces, otras que han llegado a dudar si realmente los manuscritos son auténticos o invención mía... 
Todas las valoraciones sobre Los manuscritos de Teresa Panza las valoro y agradezco por igual, porque todos los lectores son importantes. Sin embargo no todos los días te llegan valoraciones altamente cualificadas como algunas que ya ha recibido mi novela por parte del mundo académico, como está ocurriendo con Los manuscritos de Teresa Panza.



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Tal vez porque mi universidad terminó con trece años subiendo maletas en un hotel de Ibiza, tal vez porqué de crío soñé con llegar a ser profesor y terminé siendo un aprendiz de todo, tal vez por ello, cuando me llegan valoraciones de profesores como Manuel Olmeda Carrasco, José Manuel Parreño Collado , profesores de secundaria o Jaime Flores Flores , catedrático de español de la Universidad de Puerto Rico en Humacao, una tierra dónde la lengua de Cervantes se encuentra amenazada por el inglés como es Puerto Rico, eso me llega al alma. Por algo en la dedicatoria de mi novela figuran los nombres de alguno de mis profesores o maestros.





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Además el latín, nos explica la importancia de ser maestro y por qué cualquiera puede ser ministro pero no maestro, incluso a Ministro de Cultura en un país como España, dónde la cultura y la educación se persigue por subversiva, llegando recién nombrado ministro coincidir con los enemigos de la cultura que intelectuales y escritores como Miguel de Unamuno sobran en su despacho y mande como primera medida retirar su retrato( tal vez, a buen seguro, el nuevo ministro hubiese preferido el de Millán Astray) .





Bien volvamos al latín y el por qué es más fácil llegar a ser un ministro, por muy inepto que se sea y es tan difícil ser maestro:

El término maestro deriva de magister y este, a su vez, del adjetivo magis que significa más o más que. El magister lo podríamos definir como el que destaca o está por encima del resto por sus conocimientos y habilidades. Por ejemplo, Magister equitum (jefe de caballería en la Antigua Roma) o Magister militum (jefe militar).

El término ministro deriva de minister y este, a su vez, del adjetivo minus que significa menos o menos que. El minister era el sirviente o el subordinado que apenas tenía habilidades o conocimientos.

Por tanto, queda demostrado que para ser ministro no hace falta ser… nada.

Muchas gracias profesores.

1 comentario:

  1. ¡Gracias Marta!
    Los títulos no son garantía de cultura, pero si te digo que una buena base académica siempre es importante. Por desgracia yo carezco de esa base, no obstante siempre puede uno formarse a si mismo pero cuando no hay un maestro se suelen coger vicios que te acompañan durante toda la vida.
    Un fuerte abrazo.
    Paco

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