Me he pasado por el blog de José Vicente y me ha impresionado la facilidad de como explica esta receta, además en forma de poesía, manda güevos
Comienza esta receta con que hay que batir
600 gramos de manteca
hasta dejarla esponjosa y fácil de añadir
un cuarto de vino blanco
y poco a poco un kilo y medio de harina del país
para así
trabajarla sobre la mesa
y que pueda recibir
una buena paliza de golpes difíciles de asumir.
Después viene extender la masa
con ayuda de un rodillo para así
con un vaso boca abajo cortar la masa
y dejarla durante una noche que le dé el relente
para al fin en un horno a fuego fuerte cocer
y queda, solo queda, la receta se terminó de escribir
añadir azúcar glass y servir.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
Estimado Paco Arenas te veo haciendo mantecados para estas navidades. Gracias, por dedicarme tantos minutos. Los mantecados, junto con el turrón y aquellos garrotes de caramelo, me persiguen, en el buen sentido de la palabra. Los Reyes magos, para aquella década de los años cincuenta, del siglo XX, solían traernos pocas cosas o muchas, según se quiera ver: unas galletas, calcetines o zapatos o algunos dulces. Esto de los mantecados se ve que lo llevamos en los genes. Su sabor y textura me son tan cotidianos, como el agua que bebemos o el aire que respiramos. Este año le he pedido a los Reyes que abdiquen, no se si he estado acertado, el tiempo lo dirá.
ResponderEliminarEl tiempo lo dirá, pero yo quiero algo más la abdicación no es suficiente, quitar de muestra el rey de espadas para poner el de bastos, como que no. Sí los sabores de nuestra infancia nos persiguen, teníamos tan poco pero eramos inmensamente ricos en lo importante y nos sentimos dichosos. Un abrazo.
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