jueves, 6 de enero de 2022

Padre nuestro, que dicen que estás en los cielos...

 



Padre nuestro, que dicen que estás en los cielos,

no te olvides del pan de los pobres,

baja a la tierra y reparte las migajas

que derrochan los avariciosos.

El pan nuestro de cada día,

que no nos falte hoy,

ni mañana ni nunca,

no nos dejes caer en la tentación de negar el pan

y dejar que se ahoguen en el mar las risas de los hambrientos.

 

Padre nuestro, que dicen que estás en los cielos,

no te olvides del pan,

del pan sagrado pan de los pobres.

Baja a la tierra y haz que el pan, el sagrado pan,

no sea motivo de especulación de los ladrones.

 

Padre nuestro, que dicen que estás en los cielos,

camina de la mano del quien ve tu rostro en el pan que no puede comer,

y que le quitan de la boca de sus hijos sin probarlo.

Padre nuestro, que dicen que estás en los cielos...

Danos nuestro pan de cada día,

bendice la espiga y el sudor que la riega,

las manos que lo laboran

y los estómagos tristes que no lo reciben.

 

Padre nuestro, que dicen que estás en los cielos,

Danos el pan, siempre el pan, no solo el pan.

Recuerda tus palabras:

«No solo de pan vive el hombre».

Son muchos quienes mueren

todos los días por no poder comerlo,

no te olvides de ellos.


Padre nuestro, que dicen que estás en los cielos,

baja a la tierra,

y echa a los ladrones del templo,

y a los usurpadores,

esos que dicen por la gracia de Dios, de los palacios.

Si existes, sabes que mienten,

que son solo tiranos coronados.

El pan, siempre el pan,

no debería faltar.

 

Padre nuestro, que dicen que estás en los cielos,

no juegues con el pan de los pobres,

no es un juguete olvidado en la estantería

llenándose de polvo sin que nadie les haga caso...,

como tú no, si existes,

que te olvidas del hambre de los pobres,

los pones de rodillas ante los farsantes,

y lo que es peor, a merced de los ladrones.

 

Padre nuestro, que dicen que estás en los cielos,

el pan, el sagrado pan de los pobres,

no les falte por culpa de criminales especuladores,

ni la risa, ni la alegría,

Haya pan en las bocas de los hambrientos,

y no ladrones en el templo.


El pan nuestro de cada día,

fruto de la vida y del trabajo del hombre,

que nos les falte hoy, ni mañana ni nunca,

a quienes los trabajan y no lo comen.

 

Padre nuestro, que dicen que estás en los cielos...


© Paco Arenas (un hipócrita más)


1 comentario:

  1. Me parece que tendremos que "apañárnoslas" sol@s😉 Feliz y venturoso año "hermano"

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