Te lo dirán, vaya si te lo dirán.
Ya habré escapado,
habré roto el cordel
pagando caro montazgo…
No sin antes beber el cianuro de la redoma,
sin ser refractario a su veneno.
Escapare.
Reflejaré sobre mis huellas
la combustión, de mis cenizas
cuando la espita, seca,
haya olvidado el aroma de mi sangre,
que como esporádica cometa
habrá pasado desapercibida.
Alguien, tal vez…
Conserve mi retrato sobre su mesita,
otro ilota que buscará inútilmente,
entre las fauces de los lobos
una mentira que le convenza.
No la encontrará…Yo no la encontré,
ante la indiferencia también querrá escapar.
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