domingo, 30 de diciembre de 2018

El molino de Pinarejo


Cuentan, y yo lo conocí, que hubo un molino que parecía un gigante, alrededor del cual todos los novios bailaban su primer baile, lo cual yo no lo recuerdo; aunque, alguna foto es testimonio de tales danzas nupciales. Lo que si puedo asegurar es que muchos de mis juegos infantiles trascurrieron subiendo por las paredes del desvencijado viejo molino de Pinarejo hasta la parte más alta de sus ruinas.
Cierto día, me caí de lo alto y me hice un buen chichón, perdiendo el conocimiento, si es que algún día tuve alguno. Cuando desperté mi mayor preocupación no era el chichón, sino la zapatilla de mi madre si llegaba a enterarse, y eso, a pesar de que nunca me medió las nalgas con ese contundente artilugio de servía para entrar en razón a la chiquillería. El chichón quedó oculto por mi pelo, el dolor me duró mucho tiempo, el temor a que mi madre se enterase más.
El actual molino, es un edificio decorativo que jamás ha molido ni media, ni ninguna fanega de trigo ni de nada. Sus aspas, ni el viento las mueve, tampoco bailan los novios en torno a él, pero que "bonico" está el molino de Pinarejo.
Paco Arenas
Foto de Zascandileando.

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