Ayer una de esas personas que critican todo sin aportar nada, me recordó este viejo cuento:
Don Pedro de Altarriba,
diputado ultra-conservador del parlamento español, llevó a su hijo de catorce años al psiquiatra, muy
preocupado por la efervescencia sexual propia de la adolescencia y que al
jovencito Pedrito le había pillado fuerte.
—Mire doctor. Hágale algo, búsquele
remedio…—comenzó don Pedro.
—Espere usted aquí en la salita,
y esté tranquilo, mientras que habló con él…
—Pero, es que le debo de explicar…—intentó
nuevamente hablar don Pedro.
—Tranquilo, tranquilo. Quédese
usted tranquilamente hojeando esas revistas de National Geográfic, o si lo prefiere esas otras de moda, mientras
yo trato a su hijo.
Entró el psiquiatra con el
adolescente a la consulta y no había pasado cinco minutos salió de nuevo el
solo. Encontrándose a don Pedro alterado, rojo como cierto duque, empalmado. En
sus manos tenía una revista de National Geográfic,
en la que había un excelente reportaje sobre las tribus pigmeas africanas: mbuti, aka, baka, binga, efé, gok y twa… Se
extrañó el buen doctor, del estado de excitación del reputado diputado don
Pedro de Altarriba, prócer miembro de la Asociación de las Buenas Costumbres
Españolas—— (ABCE). Quiso pasarlo por alto, porque tenía algo grave que decirle
al señor diputado:
—Realmente, sin lugar a dudas, su
hijo es un obseso sexual —dijo el doctor mostrándole un folio con dos líneas
paralelas verticales.
—Doctor…—fue a decir el reputado
diputado de ABCE.
—Mire, mire…—dijo mostrándole ahora
otro folio con dos líneas paralelas horizontales.
—¡Dios mío, líbrame de caer en la
tentación! —Exclamó claramente sofocado don Pedro.
—¿Qué dirá que ha visto su hijo?
—Preguntó dubitativo el psiquiatra, comenzando a dudar ante la excitación
creciente del diputado.
—Doctor, yo he traído aquí a mi
hijo a que lo cure, no a que lo pervierta con esos pecaminosos dibujos. Es que
vamos, dibuja usted unas cosas… ¡Qué poca profesionalidad! Y encima pone
revistas pornográficas en la salita que incitan a la lujuria…—dijo alterado don
Pedro de Altarriba, mostrando las fotos de los pigmeos africanos y señalando
una revista de moda con la nueva colección de bikinis primavera/verano.
—Pero bueno, ¿usted que ve? —Preguntó,
a pesar de todo, contrariado, el psiquiatra.
—Lo que usted ha dibujado, una
pareja follando de pie, y otra follando en la cama, que además están doblemente
pecando, pues no son matrimonio, no llevan el anillo de casados…
—Voy a decirle a su hijo que
salga, y a esta sesión invito yo, ya la próxima, porque me temo que hay mucho
trabajo por delante…
Cuando salió el psiquiatra con el
chiquillo de la consulta, don Pedro salía del cuarto de baño, relajado, con la revista
de moda con la nueva colección de bikinis primavera/verano…
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