Busque entre
mis libros,
uno que me diese una razón para olvidarte;
pero todos me recordaban que fueron tus manos
quienes los colocaron en la biblioteca,
tus dedos quienes pasaron, de una en una sus
páginas,
señalando con tu uña cada renglón.
Se me olvidaba, que fueron
tus labios
quienes musitaban las palabras,
quienes musitaban las palabras,
esas que rompían el silencio,
llenando de pasión tus labios.
llenando de pasión tus labios.
Esos mismos labios que después besaba yo.
En mi locura
recordé tus últimos libros.
Quise leerlos, como si leyese tus labios,
Quise leerlos, como si leyese tus labios,
adentrarme en ellos con la pasión
que irrumpía
en tu sexo.
Acariciando sus
páginas,
silabeando
las palabras, cual beso prolongado.
Introduciendo
mi mente en ellos, amándolos…
Al final, en ellos
encontré la razón:
tu amor.
tu amor.
Tu amor a la
libertad
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